Tenis
2004. En Atenas, Grecia, se producía una gesta deportiva no menos emotiva. Por primera vez alguien procedente de esta parte del mundo (Chile) obtenía la presea dorada en juegos olímpicos. El tenis fue el protagonista. Desconozco cuanta repercusión tuvo a nivel internacional, pero acá fue fiesta nacional. Gente celebrando en el centro, multitudes esperando la llegada de los deportistas y acompañándolos en su transito desde el aeropuerto hasta el palacio de gobierno. A miles de kilómetros de Atenas, dos jóvenes, que por aquél año cursaban tercero medio, absolutamente engrupidos con el éxito deportivo se inscriben en un campeonato de tenis interescolar. Un desafío interesante salvo por un detalle no menor: ninguno había jugado tenis antes. Sí. Ahí estaba metido, con más entusiasmo que talento, en la selección de tenis de mi liceo. El equipo además de mi compañero Pablo lo completaban 2 personas más: un compadre de apellido Liberona y otro que no recuerdo. A ellos les teníamos toda