Memoria

Alguna vez he comentado que por años escribí un diario de vida. Hace tiempo dejé de hacerlo.  Sin embargo, cada tanto me sumerjo en las páginas de mis escritos y recuerdo anécdotas de juventud. 

Lo que me sorprende, no obstante, es que varias cosas que escribí no son como las recuerdo, no porque quisiera plasmarlas de una forma distorsionada, sino porque la memoria, querámoslo o no, nos juega malas pasadas.  ¿No le ha ocurrido, por ejemplo, que al volver a ver un lugar después de algunos años le parece más pequeño o más grande que como lo recordaba? Incluso a veces nuestra memoria carga con falsos recuerdos de cosas que en realidad nunca ocurrieron.

Todo esto nace con un escrito hecho unos días después del terremoto del 27 de febrero de 2010 en Chile.  Mi memoria dice que prácticamente no sentí temor, y que afronté el hecho con valor.  No obstante, el Ricardo del 2010 dice lo contrario: que esa noche fue lo más cercano al miedo que alguna vez he sentido.  Y recabando información creo que así fue.

Afortunadamente, esto es algo que ocurre en la menor cantidad de los casos.  Y a usted, ¿le ha pasado alguna vez algo parecido?

Comentarios

  1. Me ha pasado a menudo cuando releo mis diarios que ya no escribo e incluso mi bitácora de lecturas que sí continúo y me encanta. Libros que recuerdo que me han emocionado muchísimo y leo que por aquel entonces, al escribir mis pensamientos, no me habían causado tanta impresión positiva, y es con el tiempo que los valoro. Y sí, lo que comentas de los lugares, nunca son del tamaño que recordamos ni sentimos lo mismo al regresar a ellos.
    Un placer encontrar tu blog. Saludos de una tinerfeña residiendo en Bulgaria.

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