Cuarentena #3

Cuando comenzaron las medidas de prevención relacionadas con esta mugre de virus hace algunos meses, pasó por mi mente algo relacionado con las consecuencias sicológicas que tendría esto en nosotros.  ¿Cuánto tiempo transcurrirá hasta que dejemos de ver bichos en todos lados?  O sea, en estricto rigor siempre ha habido virus, bacterias y microbios a nuestro alrededor. Pero no siempre los tomamos en cuenta ni vivimos pendientes de su presencia.  Con ciertas medidas básicas de higiene bastaba.   Pero ahora la sensación paranoica de que todo está contaminado probablemente tarde un buen rato en quitarse. 

El factor encierro hace lo suyo también.  Como dije en un escrito anterior, no me molesta particularmente quedarme encerrado un año entero en casa, ya que aunque es pequeña, me siento tranquilo.  Ahora bien, eso no significa que los que estén alrededor no estén afectados. Y ahí entra la labor de contención para, por lo menos, no caer en la desesperación.  La empatía con quienes lo están pasando mucho peor que uno es fundamental. Probablemente todos necesitaremos ayuda profesional en el corto tiempo para controlar ansiedades y crisis de pánico.

Una de las cosas que me ha ayudado particularmente a controlar la ansiedad es no ver noticias. Ahora que lo pienso, el único día que enciendo el televisor es el sábado después de almuerzo y veo un programa de recuerdos deportivos.  No es que no esté informado. De cuando en cuando leo algún medio de comunicación digital para saber cómo está la cosa afuera.  Sé que el panorama es complicado, pero no necesito que me lo recuerden todos los días.

¿Cómo le ha ido a usted en este asunto?

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