Cuarentena #4

Han pasado 3 meses desde la última vez que fui a trabajar. Acogido, mientras tanto, a la ley de suspensión laboral recibo un porcentaje de mi salario, que por lo menos me permite seguir solventando los gastos básicos del hogar. Trato de no pensar mucho en el futuro. Para qué.

La cuarentena ha traído consecuencias no solo en el ámbito de las relaciones personales, sino que las rutinas a las que estaba acostumbrado derechamente desaparecieron, o fueron reemplazadas por otras.  

Hoy me ocurrió algo curioso: leí una noticia sobre una rebaja del 50% en en el pago del pasaje del transporte público para los mayores de 65 años, y por primera vez en mucho tiempo no pude recordar cuanto cuesta el pasaje de la micro y el metro.  Comúnmente esto es algo que le ocurre a gente que en su vida ha andado en micro, acostumbrados a moverse solo en automóvil. Entonces caí en la cuenta de que desde aquel 26 de marzo en que fui a trabajar por última vez no he vuelto a subirme a una micro o al metro. Aquel día me encerré en una burbuja.  

También me costó acordarme de cuáles eran mis horarios antes de la cuarentena. ¿A qué hora debía levantarme para ir a trabajar? ¿A qué hora salía de la casa? Por increíble que parezca tardé unos minutos en recordarlo. Me duermo a horas diferentes cada día y me levanto cuando se me viene en gana.  Mis actividades las realizo principalmente por las tardes.

En la parte física intenté hacer zumba 2 veces durante el primer mes, pero ahí quedó todo.  He descubierto habilidades desconocidas como hacer pan, y para ser un novato ha quedado bastante decente. También estoy aprovechando de ver el animé del Detective Conan comenzando por el capítulo 1, cosa que tenía ganas de hacer desde hace mucho.  Y volví a leer Cien años de soledad. La última vez fue hace 16 años, en la escuela. En ese entonces rayé la papa con el libro y lo encontré alucinante.  Pero algo pasó que en esta ocasión no lo encontré tan bueno ni lo disfruté. Y por el contrario le tomé el gusto a jugar Ludo como no lo hacía desde que tenía 8 años yo creo.  Por mucho tiempo Ludo ha sido sinónimo de aburrido, pero hoy lo encuentro genial. ¿Será que estoy más viejo?

Todo esto se me hace tan raro, pero qué le vamos a hacer.  Cosas de cuarentena.

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